miércoles, 20 de marzo de 2013

Duelo infantil.

Los niños, al igual que los adultos que han sufrido la pérdida de un ser querido, experimentan pena y pasan por unos periodos de duelo; sin embargo en los niños se mezclan la ira dirigida hacia la persona fallecida y la tristeza. El comportamiento de un niño ante la pérdida puede ser muy variado y depende de varios factores, entre ellos: edades del fallecido y del niño, parentesco, causa de la muerte y apoyo social. 


Los niños por debajo de los cinco años, aunque no entienden el concepto de muerte (irreversible, definitiva, permanente y universal), también sufren un impacto emocional ante la pérdida de un ser querido. Entre los cinco y ocho años, los niños comienzan a tener un concepto de la muerte más realista pero bastante primario, y no es hasta los diez años cuando adoptan un concepto más ajustado al de los adultos, aunque todavía no creen que ellos o gente conocida puedan fallecer.


De forma general, los sentimientos más frecuentes de los niños ante situaciones de pérdida de un ser querido son:
  • Tristeza o cambios de humor 
  • Soledad
  • Sensación de vulnerabilidad
  • Inseguridad
  • Síntomas físicos: falta de energía, dolor de estómago, pérdida de peso y opresión en el pecho
  • Regresar a comportamientos de edades anteriores: chuparse el dedo, hacerse pis en la cama
  • Ansiedad
  • Sentimientos de culpabilidad
  • Irritabilidad
  • Problemas escolares
  • Sentimientos de haber sido traicionado
  • Problemas en la concentración
  • Miedo a que suceda algo malo
  • Aislamiento social.

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